Potencia el sabor de los alimentos.

Es ideal para pastelería, repostería, la elaboración de helados, dulces, pasteles, caramelos, chocolate de moldear, fondant,...

Evita en cierto modo la cristalización, favoreciendo la textura y cremosidad de los productos elaborados.

Favorece la fermentación en productos elaborados con levadura, ya sea en panadería como en elaboración de cervezas.

Mejora la conservación de los productos elaborados y los mantiene frescos durante más tiempo por su efecto humectante (retiene la humedad)

Conserva mejor los alimentos.

También se utiliza como espesante.